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La abuela Aída
estaba ida...
Desde la reposera convocaba a las arañas...
_ A mí, a mí!
De a ratos sensible se cobijaba en las redes, otras veces exaltada se desenredaba...
Figaro fi, figaro la , carmen la habanera, la bohemia, parsifal...
Aroma de glicinas y misterio...
El padre de la nieta;y único hijo de la abuela murmuraba:
_ Hay que internarla, llamen pronto a la Ambulancia...
.
Los vecinos asentían y hasta la sirvienta daba palmadas...
_Hoy queda aquí pero mañana la Ambulancia llegará...
La abuela era...era...
Los cabellos amarillos indisciplinados hasta la cadera y los ojos...de diez colores como una
caja de acuarelas...
¡Tanto conocía!...
El nombre de las constelaciones, y como Cocteau, el sabor de los puertos
los caballos de fuego,
el silencio estrepitoso de Cage,
el vanguardismo textuado de Artaud..
.
Kalimera, Kalispera, reptían los griegos cuando los barcos zarpaban
Efdgarestó, parakaló poli...¡Beu!, burbujeaba el Egeo...
Si la abuela partía el mundo quedaría ciego...
El padre, la sirvienta y los vecinos repetían.
_ Mañana se va, la Ambulancia llegará....se va...la Ambulancia llegará...
El inefable aroma de las glicinas y el misterio.
Al día siguiente los ambulancieros encontraron muerto al padre que esperaba en la calle.
Fue la viuda negra dijeron.
La nieta sonrió.
Los vecinos construyeron fortalezas y compuertas, la sirvienta se ocultó en una madriguera.
Figaro fi, figaro la , Carmen la Habanera, Parsifal...
El inefable aroma de las glicinas y el misterio.
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