La locura se puede curar si no es locura decía Él, pero
yo no
deseaba curarme.
¡Locura desencadenada!….gritaba….
Voluntaria, respondía…
No puedes….
Si, pude.
Es posible activar una desorganización psíquica perpetrando
voluntariamente actos y conductas caóticas, aquellas
que rompan todo el tiempo con el orden esperado y
comprometiendo a los
otros en esa producción.
Se impone experimentar con desconocidos que ignoren todo
acerca del experimentador… rápidamente lo incluirán dentro
de los desequilibrados, generando las reacciones típicas: rechazo-huída,
aceptación, ayuda.
Estas respuestas actúan como testigos de que la actuación es
efectiva.
Sin embargo, pasado
un tiempo, la ficción comienza
a perder su carácter
Se desarrollan minúsculos y nuevos automatismos, emergen
espontáneas reacciones propias de la configuración sostenida…
Razonamientos en un principio voluntariamente trabajados
se deslizan fluidamente con una dinámica propia.
El mundo onírico sufre alteraciones, las imágenes
fantasmáticas
son otras, como si comenzara a producirse
un nuevo Inconsciente o…como si el Inconsciente pujara
por desbordar al estar liberado del control del viejo yo
.
La distancia entre el yo genuino y el yo-actor…
se estrecha hasta llegar a una zona de riesgo donde
el viejo yo podría desaparecer ocupado definitivamente
por el Yo de existencia inducida.
Pero antes que esto se produzca…
Se han levantado las prohibiciones…
Ya no hay códigos…Solo un estado de manía gozosa
que busca de continuo
potenciarse…y para esto
se producen en escalada actos que pretenden
la satisfacción narcisista, ignorando, despreciando
el sentir del otro, de todos…
¿De qué hablas?
¿Tú has hecho eso?
Si
¿Por qué?
No se…para
jugar…
¿Estás segura?
Al principio
si…ahora no se…No quiero volver
…
¿Adónde?
A ese territorio
gris, el anterior…
Todo lo que es profundo ama la máscara.
Las cosas más profundas de todas sienten incluso odio por la imagen y el símil.
Las cosas más profundas de todas sienten incluso odio por la imagen y el símil.
¿No sería la antítesis tal vez el disfraz
adecuado con que caminaría el pudor de un dios?
Más allá del bien y del mal
Friedrich Nietzsche
Señalar
que la locura es una «elección» es algo que no debe ser entendido en el contexto de la constitución
moderna de la subjetividad (como un acto de una voluntad que se representa una
finalidad y a ella apunta), sino en el ámbito de la idea nietzscheana de
subjetividad como «entre» (Zwischen),
en el cual la elección es siempre una confluencia -y una tensión- de azar y de
necesidad.
Y tampoco esta elección puede ser entendida en
una concepción del deseo como «carencia». Cuando los primeros psicoanalistas analizan «el caso Nietzsche» intentan explicar esa
supuesta «incoherencia" entre la
vida del tímido y correcto profesor alemán, y su escritura desbordada,
exacerbada, ciertamente no demasiado correcta, y lo hacen hablando de la
escritura como ámbito de los deseos desplazados.
Esta idea supone una economía dual del deseo,
basada en una concepción representativa de la subjetividad, sea a nivel
cognoscitivo, sea a nivel «volitivo».
Desde una idea de la subjetividad como Zwischen tales críticas carecen de valor, en la medida en que se podría señalar que la escritura no es «lo otro» del sujeto Nietzsche sino que es él mismo (su Selbst como «sujeto múltiple») en diferentes entrecruzamientos de fuerzas, con otra máscara, podríamos decir.
Desde una idea de la subjetividad como Zwischen tales críticas carecen de valor, en la medida en que se podría señalar que la escritura no es «lo otro» del sujeto Nietzsche sino que es él mismo (su Selbst como «sujeto múltiple») en diferentes entrecruzamientos de fuerzas, con otra máscara, podríamos decir.
¿Qué
significa, entonces, la locura como máscara? Si retomamos la imagen de lo
dia-bolos, esta progresiva pérdida de la palabra, es decir, del sentido «unitivo» por preponderancia de la
disgregación, la locura -la vida diabólica, siguiendo la expresión de la última
nota- pareciera una «mostración», un «testimonio» del límite de la
interpretación. La palabra, el medio para mantenerse en la superficie, muestra
aquí su límite, su re-sistencia, pero evidencia también la «posibilidad» para el hombre.
La locura como máscara en Nietzsche patentiza dos cuestiones a nivel del lenguaje, la palabra, la necesidad de la convención en la generación de la perspectiva y el no.sentido que la horada, la circunda
La locura como máscara en Nietzsche patentiza dos cuestiones a nivel del lenguaje, la palabra, la necesidad de la convención en la generación de la perspectiva y el no.sentido que la horada, la circunda
Este no-sentido es el elemento tensional -como concepto límite- de toda interpretación: el «vacío de significación» que tanto permite cuanto puede abismar la perspectiva.
Producier s ganarle espacio al vacío, pero producir es también convertirse en propietario simbólico.real de lo que se produce.Convertirse en propieatio significa disponer de lo propio.
Tal vez
la locura como máscara evidencie, también, esta necesidad de la«propiedad» -de uno mismo, de las cosas, de los otros- en su más radical inanidad.
Mónica B. Cragnolini
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.