lunes, 16 de julio de 2012

El infierno son los cerdos...











"Contamos con el arte para que la realidad no nos destruya"
Nietzsche
.














Deambulaba  en el Jardín de las Delicias...y un sol rojo se 


derramaba...


Aves ignotas donaban significantes a misterios que descubría


¿La puerta del Edén, la entrada al Hades?




No importaban las respuestas....Las preguntas  ya la regocijaban .


Y asi en los dias y en las horas...









Pero los cerdos acechaban


































Derribaron la puerta y pisaron las flores.


Ocultaron el sol 


Con insultos y desmanes, espantaron a las aves...


Fanáticos, perversos, vulgares...








Hubo estampido de pájaros y el cielo quedó vacío...





















 Quedó inmóvil en un tiempo sin horas...





Después se levantó del banco de mármol...


Y dió la orden a la peonada  







En el fondo de la zanja yacen.

Ahora nadie entrará  en este jardín ...

Nunca nadie pisará las flores...

















































jueves, 12 de julio de 2012

Una puerta detrás del arcoiris










-

























































































































Crecen  los pies desde las manos

cartílagos  de brumas y un paisaje dislocado.

Deseo en búsqueda de un  nombre...

Fecunda óvulos de una mariposa ciega.


Tantas puertas detrás del arcoiris,

abiertas , violan el pudor de casas desiertas.

Sin reclamos ni piedades

Las invade

Se acerca y  la siguen...

Ebria vive...

Ajena, siempre detrás del arcoiris.
















































































































































































































































































































Pinturas: Antoine Josse, artista contemporáneo.
Música Erik Satie





sábado, 7 de julio de 2012

Tres Crónicas...






CRÓNICA DESESPERANZADA










-

Oscila en la tarde hamacando hijos que no nacieron 

en una plaza sin palomas.

inventa leches tibias como alientos tejiendo telarañas con los huesos.






Regresa en la noche.

Domingo roto y brújula luna

La mirada atascada contra  paredes húmedas

El mismo sabor a sopa

El mismo ardor de lágrimas

con cucarachas equilibristas en la cocina

y malvones secos  en latas.

Se duerme al amanecer

Ojeras y los pies frios 

Arrullando sueños mendigos

que agonizan sin ruido

en el cuarto sin ventanas.









EL TRIUNFO DE LOS OTROS













Todo el tiempo tironeaban de sus párpados.

Para que no siguiera soñando sueños, tironeaban de sus párpados y la condenaban a

ver.

Él la torturaba por la noche y los niños adiestrados durante el día

Pero cuando esa vez se acercaron, a dentelladas destrozó sus dedos o la sombra de

 sus dedos y huyó por las calles angostas y en tinieblas.

Corrió a lo largo del río, recién nacida bajo la lluvia, se estranguló en laberintos, llamó a

puertas sordas, atravesó el basural...

Bultos enormes rodaban entre las cenizas, perros y aves oscuras la seguían...

De pronto el viento secó la lluvia y desde una cornisa cayó una red.

Aterrorizada saltó hacia el costado, hacia atrás, hacia adelante...

La luna resplandeció febril y ella siguió saltando y  sus perseguidores se 

aplanaron sobre el asfalto.

Agitó los brazos, estiró el cuerpo, tensó las piernas...quiso subir, subir

cada vez más...pero chocó contra postes y antenas, se enredo entre cables y no pudo

 sobrepasar la altura de los techos.

Al llegar el alba, estaba en la terraza de sus casa entre los simples malvones   y las calas

 dormidas.

Por costumbre descolgó la ropa todavía húmeda, por costumbre preparó el desayuno

 y los despertó

Cuando se sentaron a la mesa ella estaba ciega pero con los ojos bien abiertos y ellos

 la miraron muy complacidos.













CRÓNICA DESENCADENADA












Amor anónimo que estalla


oculto tras la ventana abierta.

Cadencias que embriagan

Ascienden, descienden y otra vez escalan

Dejan sobras de fatiga al amanecer

Ojeras azules y largas; hastío

Mendrugos que recogen las aves

Restos rancios de un banquete

abandonado a orillas del río

La partida lenta y agobiada

Que oculta el pudor bajo la ropa arrugada

Derrite el sol las huellas del sudor

Y evapora la fragancia agria

Cadencia que asciende, desciende y otra vez escala

Y vuelve para repetir el lamento agudo de uno

Hasta el sol un nuevo grito de dos.

Estampido, hastío

Y otra vez partir

Con más fatiga cada vez

Y mayor desencanto

Hasta que ningún ave

regrese ya a orillas del río.














































Tú y yo perdiéndonos....








































El rojo cayendo en los ojos


Disocio en el jardín de los árboles muertos

y en pantanos sensitivos, brusca caída en el olvido.



Desiertos, en el jardín de los árboles muertos.

Loca de ausencia huyo...

Un cul de sac en la ciudad


Intento equilibrios, divago.

Arranco la lengua convulsiva que no silencia el grito.

Un sol cuadrado y roto

Recojo miserias de anodinos versos

Deambulo  perdida entre trenes y andenes

Enervada de poesía reseca

en esta cárcel de  hechizos, presa

loca de ausencia,inútil, cautiva, sigo....







































Loca de ausencia, loca de ti, endemoniada,

en una celda fucsia, sin lunas ni albas

Los engaño y río furtiva

Soy tantas, soy mil 

y ahora otra

que canta y danza con una máscara blanca

 Hondas sacudidas y vértigos divinos

recitando versos demasiado intensos para escribirlos

Sintiendo el suceso, la delicia, la sensualidad y el éxtasis

Savia vegetal, sangre animal y fluído de cielo.

Inútil las rejas, no existe el encierro.
















Percepciones que producen estupor...

En la calle; lenguajes  entreverados de paseantes anodinos.


 Un cielo violeta y mudo...

Esa foto mustia.

La sinfonía desencadenada que sugiere un relato...

El roce casual con la áspera hoja del malvón...

Placeres inmediatos,violentos,  estallan sin mediaciones...

En ese tramo fugaz accedo a una voluptuosa mismidad.

Surge el grito del goce:

¡Aquí estoy!

Pura atopía...

¿Qué hago con mi presencia plena que expira, ya...?

Se transforma en palabras  o sobre un lienzo se deshace  en color...